martes, 2 de noviembre de 2010

Un fraude científico


Los deterministas no se quedaron de brazos cruzados ante las críticas sobre lo que realmente medían sus tests y las condiciones en las que se tomaban. El debate estaba muy polarizado. Siguieron adelante y trataron de demostrar que la inteligencia era genéticamente heredable. Sin duda, podían conceder, que las condiciones en que los individuos se desarrollaban podían tener efecto en su desempeño intelectual, pero para ellos el ambiente tenía una importancia periférica: podía mejorar o empeorar lo que constituía una capacidad innata. El modelo ideal para probar sus tesis era la aplicación de los tests a gemelos idénticos separados al nacer. Si dos hermanos gemelos criados por los mismos padres obtenían un resultado similar, su desempeño podría atribuirse tanto a sus genes como a los efectos del medio ambiente compartido. Pero en los casos en que los gemelos eran adoptados por familias distintas, un resultado diferente fortalecería la importancia de los factores ambientales. Por el contrario, resultados similares, altos o bajos, implicarían la preponderancia de lo genético.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario